Keith mantiene la esperanza de que le implanten una banda gástrica que le permita perder, al menos, la mitad de su peso. Martin asegura, en el citado diario, que era un chico normal hasta que su madre murió, cuando él solo tenía 16 años. "Me culpo a mi mismo de lo que pasa, no culpo a nadie más", asegura, "nadie me puso una pistola en la cabeza. No me gusta lo que me he hecho a mi mismo".
Con 16 años era una persona normal, asegura, que hacía
excursiones en bicicleta, pero cuando su madre murió, Keith comenzó a
comer y a beber compulsivamente y su peso comenzó a dispararse hasta
alcanzar sus proporciones actuales que amenazan su vida.
En 2001 sufrió su primer ingreso por su sobrepeso y "desde entonces,
las únicas veces que he salido de casa ha sido en la parte trasera de
una camioneta para cambiar de casa cuando fue realojado o para ir al
hospital", cuenta en el citado diario.
"Me han dicho
que tengo que perder peso o no cumpliré los 50", afirma, "he reducido de
forma masiva la cantidad de lo que solía comer. Estoy tratando de
mantener mi consumo de calorías en 2.500 al día, antes era de 9.000
calorías".

No hay comentarios:
Publicar un comentario